Proclamando el Evangelio de la Gracia Dios
Hch. 20:24 Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
A.-
La salvación inmerecida
- El hombre está muerto espiritualmente. No es capaz de recibirlo. Col. 2:13; Jn. 6:44; 10:26.
- El hombre está completamente corrompido es indigno. No puede merecer la salvación. Ro. 3:9-18; Gal. 5:4; Ro. 9:31-32; 11:6.
Jer 13:23 ¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también,
¿podréis vosotros hacer bien, estando
habituados a hacer mal?
- 1.
Dios en sí mismo desea
salvar. Ef. 1:9; 2:4.
- 2.
Dios nos escogió por
causa de sus propias razones. Ef. 1:4-5; Ex.
- 3. Dios pago nuestra deuda. Col. 2:13-15; Ro. 3:21-28
Rom 5:10 Porque si
siendo enemigos, fuimos reconciliados
con Dios por la muerte de su Hijo, mucho
más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
- 4. Dios nos hace vivir y nos da la fe. Hch. 13:48.
- 5. Dios nos hace santos y nos preserva en santidad. 2Ts. 2:13-14; 1Pe. 5:10.
- Flp 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
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